¿Qué tenemos por aquí?

Rizos de bacon y queso cheddar

 
En este fin de semana tan deportivo ha caido alguna que otra cervecita frente a nuestra querida tele, así que para acompañarlas he preparado este gran aperitivo del libro "La cocina fácil de Lorraine Pascal!, mi última adquisición, y sobre el que he abierto el proyecto de realizar por orden todas sus recetas, así que a ver si lo consigo.

Vamos entonces con esta primera receta, muy muy fácil, y a la que podréis hacerle todas las versiones que se os ocurran.

Ingredientes

375 gr. de masa de hojaldre
harina para espolvorear
1 cucharada de mostaza inglesa
100 gr. de queso cheddar rallado (mejor si es curado)
pimienta negra recién molida
14 lonchas de bacon o de jamón
1 huevo batido para untar

Preparación 

1) Preparamos una bandeja de horno con papel de hornear (vegetal)

2) Estiramos la masa de hojaldre con un rodillo sobre una superficie ligeramente enharinada hasta conseguir un rectángulo que sea de la misma altura que las lonchas de bacon, y de la anchura que podamos conseguir para poner las 14 lonchas de bacon. La masa deberá tener una altura aproximada de 5 mm. de espesor.

3) Ahora nos toca extender con un pincel sobre la masa la mostaza, espolvoreamos también con el queso rallado y con la pimienta recién molida.

4) Colocamos encima de la masa así preparada todas las lonchas de bacon manteniendo una separación de unos 2 mm. entre ellas, y a continuación, con un cuchillo muy afilado, cortamos verticalmente por el espacio que ha quedado entre las lonchas.

5) Cogemos cada una de la piezas que hemos hecho y las retorcemos unas 4 o 5 veces hasta que parezcan una pajita rizada, a continuación las colocamos en la bandeja de horno que tenemos preparada dejando cierta separación entre ellas ya que aumentan algo su tamaño.


6) Colocamos la bandeja en la nevera durante 15-20 minutos para que los rizos cojan firmeza. Mientras precalentamos el horno a 220º C.

7) Sacamos los rizos de la nevera y los pincelamos con el huevo batido, y a continuación los metemos en el horno y bajamos la temperatura a 200ºC. Dejamos cocer unos 20 minutos o hasta que veamos que han crecido y están dorados. Cuando estén listos los sacamos del horno y los dejamos enfriar, aunque aviso que a veces se los comen antes de que lleguen a enfriarse, ¿por qué?, ¡porque están riquísimos!, je je.

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